Supervivientes de suicidio: ¿cómo hablar, actuar y ayudar?

Superviviente de suicidio es cualquier persona que se vea afectada, de forma negativa y significativa, por la muerte por suicidio de otro, identificándose por el grado de impacto con la persona, no por su relación con el fallecido

Persona sentada cabizbaja. Superviviente de suicidio

La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) clasifica el trauma de perder por suicidio a un ser querido como “catastrófico”, como una experiencia semejante a la de haber estado en un campo de concentración.

Es una experiencia traumática y muy dolorosa. Supone una devastación emocional, social y en ocasiones hasta económica, que altera su existencia irremediablemente. Se acostumbran a sufrir sentimientos de culpabilidad y se buscan respuestas que nunca llegan, algo que genera angustia y agotamiento.

Esto se puede ver agravado con el silencio por parte del entorno social y familiar, que por ser un tema tabú, por no saber qué decir, qué hacer, cómo gestionarlo, acaba por esconderlo y adoptar una conducta de evitación y negación. Esto solo hace que se perpetúen mitos, el estigma y se dificulte la recuperación emocional del superviviente

Muchos supervivientes comparten que se sienten incomprendidos por su entorno, que se sienten solos y al mismo tiempo entienden que sus amigos o familiares no sepan cómo reaccionar. Hay una retroalimentación que produce una aislamiento al final y la imposibilidad de contar con apoyo del entorno, algo fundamental de cara a elaborar un duelo que es necesario e inevitable. Muchos allegados no es que abandonen al superviviente, es que se sienten desbordados, perdidos y no saben cómo actuar.

Porque un suicidio afecta a todos, no deja indiferente a nadie.

Entonces, ¿podemos hacer algo por aquellos que se convierten en supervivientes? Por supuesto, podemos y debemos prestarnos a ayudar, a escuchar, a acompañar…

 

¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudar?

  • Lo primero es tener paciencia y comprensión hacia una situación tan difícil.
  • No hay que buscar culpables ni realizar juicios.
  • Tratar a los supervivientes como personas que han vivido la pérdida de un ser querido, sin especial condescendencia ni lástima. Necesitan fortaleza a su alrededor.
  • Contactar lo antes posible. Aunque hay personas que no quieren recibir visitas -lo cual es completamente lógico y respetable-, deben saber que nos preocupamos por ellos y que nos ofrecemos para ayudar en lo que necesiten. El saber que hay alguien ahí ya es una forma de apoyo.
  • Gestos como estar ahí, junto a ellos, un abrazo o acompañar durante un paseo pueden significar mucho.
  • Ofrecerse en el día a día para realizar por ejemplo tareas de la casa, la comida, cuidar mascotas, otros hijos, gestionar papeles…
  • Prolongar la ayuda más allá de las primeras semanas, ya que se trata de un proceso largo. Especialmente complicadas son determinadas fechas especiales como cumpleaños, aniversarios o navidades, que pueden requerir de una atención especial.
  • Si observamos que pueden necesitar más ayuda especializada comentárselo y acompañarlos.
  • Entender que nosotros podemos necesitar ayuda también si estábamos conectados a la persona que se suicidó, porque podremos necesitar pasar nuestro propio duelo y hablar de cómo nos sentimos

 

¿Qué puedo decir?

  • Es preferible decir un “no sé qué decirte en estos momentos”, que evitar hablar o decir frases hechas vacías que no ayudan. Hablar ayuda a que el hecho cobre cuerpo, sea real y se rompa el silencio. De este modo es más fácil gestionar el período de duelo.
  • Evitar frases del tipo: “no somos nadie”, “hay que ser fuertes”, “el tiempo lo cura todo”, “fue su elección”, “¿no lo vistéis venir?”, “¿cómo no os distéis cuenta?”, “ahora ya descansa en paz”…Son preguntas o frases que pretendiendo ayudar provocan más dolor que alivio.
  • Ofrecerse para hablar
  • Respetar los tiempos de cada uno. Hay momentos para estar preparado y decidir hablar.
  • Está permitido hablar del fallecido y de lo importante que era para uno mismo. Es importante compartirlo con el superviviente.
  • Evite preguntar detalles de la muerte y respetar la decisión de que cuenten o no cómo ha sucedido.
  • No buscar explicaciones sencillamente porque a veces no las hay.
  • Dejar que se expresen, se desahoguen, ESCUCHAR y respetar silencios, sobre todo.

Es necesario entender que habrá familiares, amigos, personas del entorno que no sean capaces de soportar el dolor, y necesiten resolver su propio duelo y seguir adelante sin mirar atrás. No es que no les importe lo que ha ocurrido, es su manera de afrontarlo y de cuidar de ellos.

Pero si somos capaces de sobreponernos, ofrezcámonos, porque rodeados de familiares y amigos, el dolor se sobrelleva mejor, porque compartir alivia la pena. 

Por último os invitamos a escuchar nuestro podcast especial sobre Prevención de Suicidio, con José Carlos Soto, superviviente de suicidio de su hija Ariadna.

Escucha”33. Prevención del suicidio y atención a los supervivientes con @CarlosSotolibre” en Spreaker.

 

FUENTES:

 

Autor entrada: Vanesa Pérez Padilla

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