¿Por qué no deberías publicar fotos de tu hijo? Responsabilidad tecnológica

Por más rutinas que intentemos crear en casa, por más disciplinados que seamos con los tiempos de pantalla y el uso de redes sociales, la realidad es que en el marco del aislamiento provocado por COVID-19, muchas reglas se rompen. Y nuestros hijos e hijas pasan más tiempo en internet, viendo películas, conectándose con amigos, familiares o leyendo lo que otros publican.

Durante años, padres, madres, instituciones educativas, etc. nos hemos esforzado en enseñarles un dominio técnico de la herramientas modernas. Pero hemos sido negligentes en cuanto a un uso responsable de las mismas. En cierto sentido les entrenamos en el uso de un martillo y ahora saben con precisión clavar sobre distintas superficies diferentes tipos de clavos…pero no tienen idea que les puede aplastar un dedo.

A menudo se habla de enseñar responsabilidad a nuestros hijos, de darles pequeñas labores para que vayan madurando: colaborar con el orden de la casa, hacer sus tareas, las compras… Todas estas son responsabilidades sociales. Hay otras individuales, como asearse o vestirse, las hay familiares, como cuidar a sus hermanos y luego llegarán las laborales… cumplir con los horarios o los plazos de entrega. Pero poco se habla del concepto de responsabilidad tecnológica.

Básicamente esto consiste en hacerse cargo de la relación que tenemos con la tecnología, al igual que lo hacemos con la familia, los amigos, el trabajo… Y, enseñar y aprender, responsabilidad tecnológica es fundamental en estos tiempos, para padres, madres, hijos e hijas. No se trata de cuidar que no se rompa el móvil o que se pierda un smartwatch. La responsabilidad tecnológica es hacernos cargo de nuestra participación en esa otra sociedad que es internet. Y va desde lo más pequeño a lo más amplio. En el círculo más pequeño estamos solo nosotros y todo lo que subimos a la red o lo que enviamos a grupos de chats: las fotos, los gifs, las ubicaciones… Todo.

Nuestros hijos (y a menudo también nosotros) deben saber que una vez que lo envían a la red, queda allí para siempre. La pregunta clave es: ¿quiero que nadie se olvide de esto? Un ejemplo claro: sacar fotos de nuestro portal, decir que vivimos allí y a los pocos días publicar que estamos solos en casa, comiendo pizza, jugando videojuegos o lo que sea. Es una invitación para que alguien no deseado acuda. En este circulo debemos hacernos responsables de lo que le contamos al mundo.

Y lo mismo ocurre como padres o madres. Cuando publicamos una foto de nuestros churumbeles, porque para nosotros son lo más hermoso, porque estamos orgullosos de ellos y queremos compartirlo con el mundo… Pero esa foto queda en la red y cada vez que alguien busque la imagen de un niño y ponga palabras claves, que coincidan con aquellas con las que etiquetamos la imagen o que coincidan con la descripción que hace Google de la imagen, alguien en cualquier lugar del mundo, podrá ver la foto de nuestro hijo y editarla y publicarla dónde y cómo quiera.

En el segundo circulo está lo que el mundo nos cuenta a nosotros. Décadas atrás lo que salía en la tele era verdad. Hoy pasa lo mismo con internet: si está en la red, “es cierto”. Así se distribuyó por todas partes la historia de los gatitos bonsai, que habían sido criados en botellas para nunca crecer. Que salga en internet no lo hace más cierto que si me lo cuenta un vecino. Ni siquiera si me lo cuentan 100. Sobre todo cuando ninguno me dice quién se lo contó. Buscar la fuente de una noticia es una tarea que debería enseñarse desde los 10 años…o antes. Así se evitan los bulos, las interminables cadenas de mensajes y las fake news. Y se gana algo fundamental para nuestros hijos e hijas: pensamiento crítico. Es decir la capacidad para pararse a pensar antes de repetir. Algo que tiene mucho que ver con el tipo de educación que recibimos hasta ahora en muchas disciplinas: memorizar más que razonar.

En el tercer circulo está lo que decimos de los demás, aunque los demás no lo lean o aunque no nos conozcan. El acoso escolar, las conductas violentas, enviar opiniones anónimas… Nosotros solo lo escribimos en una pantalla, pero la persona que lo lee lo vive en carne propia. Es necesario tener una responsabilidad sobre lo que se dice de los demás. Y eso hay que aprenderlo.

Y finalmente está el cuarto círculo, lo que dicen los demás. Aquí no solo hace falta responsabilidad, sino también valor para cortar cualquier conducta que lleve la mentira o la agresión. No repetir, no retuitear y no callar cuando vemos que alguien usa el anonimato o se esconde para hablar mal de un tercero. A menudo ocurre que, con toda nuestra buena voluntad, le damos Me Gusta o hacemos Retweet  de una noticia que alguien denuncia como mentira, que es ofensiva o hiriente para alguien. Y lo hacemos porque queremos mostrar nuestra repulsa. El problema es que las redes sociales no entienden de emociones, sino de algoritmos y cuanto más se habla de algo, más tiempo se exhibirá en los time lines ajenos y en los muros generales.

La responsabilidad tecnológica debería enseñarse en las escuelas y también en los hogares. Es, al igual que otras responsabilidades, parte de vivir en una sociedad sana.

Autor entrada: Juan Scaliter

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

En cumplimiento de la legislación española vigente en materia de protección de datos de carácter personal y del reglamento europeo RGPD 3/2018 le informamos de:Responsable: Madresfera SLU + info

Finalidad: Gestión del envío de información solicitada, gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios. + info

Legitimación:: Consentimiento expreso del interesado. + info

Destinatarios: No se cederán datos a terceros para la gestión de estos datos.

Derechos: Tiene derecho a Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional. + info

Información adicional:: Puede consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos Personales en mi página web www.madresfera.com + info