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Hoy os traemos la opinión de una blogger que, como dice el título de esta sección, sabe mucho. Es Sara, del blog Mamis y bebés, a quien seguro que muchos ya conocéis y de la que no podéis perderos las siguientes recomendaciones para escribir post sobre artículos infantiles
(Sara) Estamos en la era de internet: antes cuando íbamos a comprar cualquier cosa nos fiábamos mucho del boca oído de nuestro entorno, pero hoy, cuando se trata de decisiones de compra de artículos importantes (bien sea por lo que cuestan o por la trascendencia que les damos) además solemos buscar en la web opiniones de consumidores que nos ayudan a tomar la decisión.
Si tienes un blog y quieres hablar sobre algunos productos que has probado probablemente resultes de ayuda a quien venga detrás. Las marcas se han dado cuenta del poder que tienen los consumidores en la red y cada vez más buscan que hablen de ellos personas reales, normales y corrientes porque se ha revelado mucho más efectivo que algunas campañas publicitarias ¡y es mucho más barato!
En mi blog Mamis y bebés llevo mucho tiempo haciéndolo así que tal vez os resulte interesante mi experiencia ¡aunque algunas de las cosas bien me las podría aplicar a mí misma!
• Habla desde la sinceridad. Tanto a las marcas como a los consumidores les interesa saber lo que realmente opinas. A las marcas porque el feedback que reciben les puede ayudar a mejorar sus productos y a las personas que te leen porque cuanto más “de verdad” perciban que eres, más te tomarán en serio.
• Expón los pros y contras de los productos. Todo blanco tiene su negro: cosas perfectas no existen, así que está bien saber lo que más te ha gustado y también lo que menos. Es importante que expongas las dos caras de la moneda. Obviamente se tenderá a hacer hincapié en lo que sea más importante para uno, pero siempre hay que tratar de racionalizar las cosas para que no se perciba como un ataque hacia una marca movido por cuestiones personales o por el contrario que destile un tufillo insoportable a publicidad pagada.
• Razona. “Me ha gustado” o “no me ha gustado” no son argumentos que quien te lea se va a tomar en serio. Explica los porqués para que se pueda entender el motivo por el que dices una cosa u otra.
• Contextualiza las cosas. Ayudas al lector a ponerse en situación. Algo puede no estar bien para una familia con un bebé de 3 meses y sí estarlo para una familia con un niño de 2 años. Es importante saber si quien escribe tiene una situación parecida a la nuestra porque sus necesidades pueden ser las mismas que las tuyas o diametralmente opuestas.
• Escribe con un lenguaje accesible. No estamos haciendo disertaciones filosóficas. Se trata de que se nos entienda y para eso es preferible utilizar un lenguaje llano que uno lleno de florituras. Dale tu estilo personal, pero intenta simplificarlo para llegar al mayor número de lectores posibles. Y eso sí. ¡Intenta ser muy cuidadoso con la ortografía y la gramática! No te van a tomar en serio si le das unas patadas al diccionario tremendas y si cometes unas faltas de ortografía de las que hacen daño a la vista. Se trata de ser creíble, y esto pasa por ser cuidadoso con lo que escribimos. ¡Y legibles! Utiliza puntos, comas, separación entre párrafos…
• Sé fiel a ti mismo. No digas cosas que no piensas. Puedes ser despiadado o amable con las marcas, esa es tu elección. Si eliges el camino amable, puedes optar por decir las cosas que no te gustan de un modo muy matizado, obviarlas y tirar por otros derroteros menos agresivos, o incluso, decirle a la marca en cuestión con honestidad que no vas a hablar de ese producto en concreto porque no crees en él. Pero no te traiciones a ti mismo. Siempre pasa factura.
• Intenta que la longitud de tus artículos sea la adecuada. Mi caballo de batalla J Tengo incontinencia verbal y siempre me paso ocho pueblos en la longitud. Los post demasiado largos no son efectivos; muchos lectores, salvo que estén interesadísimos en el tema, se quedarán por el camino. Los post excesivamente cortos tampoco lo son porque no permiten desarrollar una argumentación en condiciones. En el medio está la virtud. Condensa las ideas para que digas todo lo que tengas que decir en un espacio razonable, pero sin caer en el esquematismo ¿difícil, eh?
• Estructura el texto. Utiliza títulos, sepáralo en apartados. Comienza con una introducción y termina con una conclusión. Haz que visualmente sea atractivo. Salpícalo de fotos que rompan el texto y lo aligeren. Si son fotos caseras, en el caso de la prueba de productos, mejor: Son la constatación de que de verdad lo tienes y lo has probado.
• Piensa en tus lectores. ¿Qué te hubiese gustado saber a ti antes de comprar algo? No te limites a utilizar frases hechas y a copiar lo que dice todo el mundo o puedes encontrar en el embalaje del producto. A veces está bien saber algunas de estas cosas, pero no pueden ser lo más importante que tienes que contar. A tus lectores les interesa lo que TÚ opinas.
Lograr todo esto es harto complicado porque además se trata de que suene natural. No estamos haciendo un comentario de texto para que nos evalúen. La idea, en realidad, es tener clara la dirección para luego elegir como vamos hacia allí. Habrá días en los que estaremos más analíticos, otros en los que ganará la emotividad, unos más entusiastas y otros menos. Como digo, hay que encontrar nuestra propia voz y ser fieles a nosotros mismos. Que una cosa es la teoría y otra bien distinta la práctica.
¡Muchas gracias, Sara! Seguro que tus consejos son de mucha utilidad para muchos lectores bloggers 🙂
