En el mundo acelerado y altamente conectado, que también podríamos denominar como distraído, en el que vivimos, la capacidad de prestar atención se ha convertido en un desafío para muchas de nosotras, y por extensión, para muchas familias. ¿Cómo podemos criar hijos conscientes y atentos en un contexto que constantemente los bombardea con estímulos y distracciones y en el que nosotras mismas no conseguimos ya centrarnos como antes? El libro “El valor de la atención. Por qué nos la robaron y cómo recuperarla” del periodista Johann Hari, publicado en 2023 por la editorial Península, ofrece una perspectiva esclarecedora y muy reflexiva sobre esta preocupación compartida por muchas familias en la comunidad madresférica. Un libro que desde ya os recomendamos y que seguro que os hará parar y pensar.
Con su enfoque profundo y perspicaz y mediante su experiencia personal, Hari nos guía a través de un análisis detallado de cómo el mundo actual, las redes sociales y la velocidad de la información afectan a nuestra capacidad de atención. Johann Hari profundiza en las diversas causas a que contribuyen a la falta de capacidad de atención en nuestra sociedad actual. Estas causas van más allá de la mera influencia de las redes sociales y la velocidad de la información, y Hari examina como factores más profundos están afectando nuestra capacidad de concentración.
Una de las causas que Hari destaca es la sobreestimulación constante a la que estamos expuestos. Vivimos en un mundo lleno de distracciones: notificaciones de teléfonos móviles, mensajes instantáneos, publicidad en línea y una gran cantidad de información disponible en internet. Este bombardeo constante de estímulos dificulta que nos enfoquemos en una sola tarea y nos distrae fácilmente, además de causarnos diferentes malestares tanto psicológicos como físicos, desánimo, frustración, estrés y esa sensación tan común de no ser capaz de seguir el ritmo de todo lo que está pasando (¿os suena?).
Además, Hari explora a través de entrevistas a expertos y estudios publicados en los últimos años cómo la dependencia de la tecnología, dispositivos y pantallas ha llevado a una disminución de la capacidad de atención sostenida. El acceso inmediato a información y entretenimiento ha creado una cultura de gratificación instantánea, donde esperar se ha vuelto incómodo. Esto ha generado una impaciencia generalizada y una incapacidad para comprometernos con actividades que requieren un esfuerzo mental prolongado.
Otra causa importante que Hari analiza es la falta de espacios de calma y desconexión en nuestras vidas, así como la poca importancia que se da al sueño y el descanso. Estamos constantemente conectados, siempre disponibles y sintiendo la presión de responder de inmediato. Esta hiperconectividad nos dificulta encontrar momentos de tranquilidad y quietud, necesarios para cultivar una atención profunda y enfocada. Que las jornadas laborales sean casi eternas, sin apenas separación entre la oficina y el hogar, y los núcleos urbanos siempre estén abiertos, tampoco ayuda a que paremos y dejemos todo lo “urgente” a un lado.
Hari también explora cómo las dinámicas sociales y culturales influyen en nuestra capacidad de atención. La cultura del multitasking, donde se espera que realicemos múltiples tareas al mismo tiempo, ha llevado a una fragmentación de nuestra atención y a una disminución de nuestra capacidad para centrarnos en una sola cosa. Algo de lo que llevamos ya tiempo hablando y de lo que nos alertaba Carl Honoré en su excepcional Elogio de la lentitud, pero que sigue avanzando sin freno visible.
Además, Hari plantea la importancia de tener conciencia y comprensión de nuestras emociones y su impacto en nuestra atención. El estrés, la ansiedad y otras emociones negativas pueden afectar nuestra capacidad de concentración y hacer que nuestra mente divague. Nos habla de ese sentimiento de alerta constante en el que nos movemos y cómo, en nuestra desazón, y ante la falta de recursos y herramientas eficaces pero que implican muchos más cambios, acudimos en muchas ocasiones a medidas “rápidas” y fáciles como son los ansiolíticos, por ejemplo, siendo como somos ahora mismo una sociedad altamente medicada y sedada (esto me ha recordado mucho al libro Sedados del Dr. James Davies, del cual os hablamos en el podcast de Saludesfera junto a la doctora Esther Samper)
En resumen y algo que me parece muy relevante, Johann Hari nos muestra en su libro que la falta de capacidad de atención en la actualidad es el resultado de una combinación de factores, incluyendo la sobreestimulación constante, la dependencia de la tecnología, la falta de espacios de calma y de naturaleza y las dinámicas sociales y culturales en las que nos sumergimos de manera casi inconsciente y sometemos a nuestras criaturas. Comprender estas causas nos permite tomar medidas para recuperar y fortalecer nuestra capacidad de atención, tanto en nuestras propias vidas como en la crianza de nuestros hijos e hijas. No se trata de buscar culpables o demonizar la tecnología, aquí somos muy de intentar evitar esa polarización, y de hecho, el autor nos pone sobre la mesa como este asunto va mucho más allá de un solo actor tecnológico. Pretende, sin embargo, que entendamos mejor el contexto en el que nos movemos y qué dinámicas se están generando que nos impiden centrarnos. Y sobre todo, de buscar soluciones y cambiar hábitos ya instalados sin habernos dado cuenta.
En definitiva, este libro nos invita a ser conscientes de la influencia del mundo actual en nuestra atención y en la de nuestros hijos e hijas, y nos ofrece pautas valiosas para fomentar una atención plena y sostenida en un entorno cada vez más desafiante. Una lectura imprescindible para todas las familias que desean criar hijos e hijas algo más capaces de enfrentar los retos de la era digital con atención y consciencia.
