#NiUnaMenos desde los primeros años, un libro para educar contra la violencia de género

 

#NiUnaMenos desde los primeros años es un libro colaborativo en el que se dan algunas pistas para educar sin estereotipos ni prejuicios para conseguir así “Infancias Libres”. Las únicas capaces de transformar nuestra sociedad a futuro.

 

Nadia FinkCecilia Merchán llevan años implicadas en proyectos feministas en Argentina. Y precisamente allí, en su país natal, publicaban en  2016 #NiUnaMenos desde los primeros años, un libro colaborativo con el que tratan de dar algunas pistas para educar sin estereotipos ni prejuicios con el objetivo de conseguir “Infancias Libres”, las únicas capaces de transformar nuestra sociedad en el futuro. “Las niñas y los niños van siendo formateados por toda la información que le imponemos los grandes desde afuera: reglas, estereotipos, conductas heredadas, etc. Por eso es fundamental que les dejemos hacer, jugar, vestirse, de la manera en que quieran, porque eso les irá mostrando la diversidad de gustos y de personas que pueden ser”, dice Nadia. Ahora ha sido publicado en España por la editorial Maime Mujer en colaboración con las editoriales argentinas Chirimbote y Las Juanas Editoras.

 

En 2016 publicabais en Argentina junto a el libro colaborativo #NiUnaMenos desde los primeros años. Dos años después llegaba a España de la mano de la editorial Maime Mujer en colaboración con las editoriales argentinas Chirimbote y Las Juanas Editoras. ¿Cómo surge la idea de este proyecto?

Nadia: La idea de este proyecto viene desde hace muchos años atrás. En 2011 en la Argentina se armó un gran debate y una gran lucha de los colectivos LGBTI que finalizó en la Ley de Matrimonio Igualitario. En ese entonces, Las Juanas Editoras editaron un gran libro que se llamó Equis y que trataba de pensar la crianza con perspectiva de género desde los primeros años.

Cuando Chirimbote se consolidó como editorial, decidimos proponerles a Las Juanas reeditar ese libro que se había agotado rápidamente. Así nos pusimos a trabajar con Cecilia Merchán, su directora, para actualizar los debates y las miradas de hoy. Por eso agregamos infancias y adolescencias trans, literatura infantil con perspectiva, etc. Y a España llegó de la mano de Maime, con la actualización de leyes propias de ese país.

 

La violencia de género, la desigualdad y la perpetuación de estereotipos está presente en todo el mundo. ¿Las luchas del feminismo son universales?

Cecilia: Las luchas del feminismo son tan potentes porque tienen elementos universales que nos atraviesan en todas las culturas. La desigualdad entre hombres y mujeres está presente en todos lados y eso nos unifica. Pero también adquieren enorme potencia por el hecho de cruzarse con particularidades de etnia, religión, clase, edad, etc. Incluso porque es una de las luchas que transforma nuestras vidas individuales rápidamente apenas nos involucramos.

Las luchas del feminismo nos revoluciona de manera colectiva y singular por eso nos hermana con las distintas luchas del mundo.

 

Lo mucho que necesitamos al feminismo se ha colado en los debates sociales y políticos, ¿estamos en el buen camino hacia lograr que ese #NiUnaMenos sea una realidad?

Cecilia: Hace unos años (ni siquiera demasiados) no podíamos imaginar que nuestros temas estuvieran en el centro de la agenda política, social y cultural de todo el mundo. En nuestro país, hasta el año 2010 nadie sabía qué quería decir femicidio. Los medios y la sociedad le llamaban “crimen pasional”, resultado de la “emoción violenta”. Hoy se repudia en las calles y desde la opinión generalizada. Era inimaginable en los primeros años del 2000 que pudiéramos modificar la idea de que la violencia machista era un problema del ámbito de lo privado.

Ahora la sociedad de manera masiva exige políticas públicas concretas para resolver este flagelo. Nosotras creemos que, además de políticas de asistencia y judiciales,  deben desarrollarse muchas políticas públicas  dirigidas a modificar las relaciones entre los géneros desde la primera infancia, a transformar ese caldo de cultivo que es nuestra cultura machista en el que crecen los femicidas. No son monstruos, no son enfermos, son hijos de una cultura insoportablemente injusta hacia nosotras. Por eso creo que estamos en buen camino. Primero logramos visibilizar y poner en discusión todo en todos lados. Ahora hay que continuar y exigir políticas concretas para transformar esta historia de desigualdad que lleva miles de años.

En España casi 50 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas en 2018; casi 1.000 desde el 1 de enero de 2003 se empezaran a contabilizar. No sé si somos conscientes como sociedad de la urgencia de una solución.

 

Además de políticas de asistencia y judiciales, deben desarrollarse muchas políticas públicas  dirigidas a modificar las relaciones entre los géneros desde la primera infancia.

 

Educar en el feminismo

¿Hasta qué punto diríais que es importante educar ya desde la infancia a las nuevas generaciones para que dejen de perpetuarse los prejuicios y estereotipos que aún soportamos las mujeres?

Cecilia: ¡Es tan importante! Es fundamental. Solo es posible una sociedad igualitaria si comenzamos desde los primeros años, por quitar los prejuicios y estereotipos que organizan los vínculos familiares, de género, y los roles que se nos asignan desde el momento en que nacemos

Nadia: Uno de los lemas de nuestra editorial es Infancias Libres y lo consideramos así porque creemos que las niñas y los niños van siendo formateados por toda la información que le imponemos los grandes desde afuera: reglas, estereotipos, conductas heredadas, etc. Por eso es fundamental que les dejemos hacer, jugar, vestirse, de la manera en que quieran, porque eso les irá mostrando la diversidad de gustos y de personas que pueden ser.

 

¿Cómo se educa desde el feminismo?

Cecilia: Educar desde el feminismo podría parecer una cuestión simple pero para poder modificar los estereotipos y las relaciones creemos que es fundamental revisar lo que ocurre en nuestras propias vidas profesionales como docentes y en nuestras subjetividades para poder después pensar y actuar en consecuencia. Si no somos capaces de analizar críticamente nuestra formación, nuestra propia vida y las historias de violencia y desigualdad que la constituyen no lograremos entender de qué forma tan profunda nos atraviesa el machismo y el patriarcado. Tenemos que revisar nuestras propias experiencias vitales para ser capaces de transformar nuestra tarea cotidiana ya sea como docentes o madres.

Si bien es algo maravilloso, pero difícil porque requiere de una deconstrucción compleja y revisar nuestras propias vidas con otra mirada.

Tenemos que revisar nuestras propias experiencias vitales para ser capaces de transformar nuestra tarea cotidiana ya sea como docentes o madres.

 

¿Siguen hoy el cine y la literatura infantil trasladando esos estereotipos y prejuicios?

Nadia: Creemos que sí. Hay algunos atisbos de modificar roles, sobre todo, pero los estereotipos físicos siguen estando intactos. Si bien tenemos “princesas” valientes y activas, los cuerpos adolescentes y al estilo Barbie no se modifican. Las historias de princesas, caballeros y castillos tampoco parecieran tocarse. Vemos buenas intenciones de parte de algunas productoras en introducir temas con perspectiva de género pero hay algunos otros que no se abordan; por ejemplo, la maternidad, que siempre parece estar muy alejada de la acción.

 

¿Son importantes las historias que hablan del papel de las mujeres referentes a lo largo de la historia para hacerlas visibles y darles el protagonismo que merecen?

Nadia: A lo largo de la historia, las mujeres han quedado relegadas a los márgenes o a los papeles secundarios. En nuestra propia historia de Latinoamérica y su liberación nos han enseñado de miles de maneras las historias de nuestros héroes pero las mujeres han estado para “servir el té” o “tocar el piano”.

Desde hace unos años estamos revirtiendo esta mirada a fuerza de investigar en profundidad el protagonismo de las mujeres en nuestra historia. Por supuesto, es más difícil porque no hay tanto registro y porque eran en general los hombres los que dejaban diarios o papeles escritos. Es muy interesante que las nuevas generaciones puedan valorar ese papel protagónico porque tienen otros modelos para seguir, otros espejos donde mirarse. Y para los varones también es importante porque se crían corriendo de esos lugares estereotipados a las mujeres.

 

 

Autor entrada: Diana Oliver

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