La disciplina positiva tiene un problemón…

Así empezaba un hilo que escribimos ayer en Twitter recordando de buena mañana alguna conversación con madres y padres defraudados por los supuestos beneficios de la disciplina positiva y la educación respetuosa. Como aquí se defiende aquello de que todo lo que pongas en redes, tráelo al blog, cumplimos con la máxima y os lo dejamos aquí por si queréis comentar:

La disciplina positiva tiene un problemón. En muchas ocasiones se vende como si fuera un “manual de mejora de la crianza” cuando lo que se busca es cambiar de una manera profunda la manera en la que se ve la infancia y a uno mismo. No es sencilla ni mágica.

Así que nos encontramos a un montón de gente frustrada porque la disciplina positiva “no funciona”… Como si no se hubieran seguido bien las instrucciones del producto o no se hubiera usado bien el “aceite esencial” concreto… Y claro, ¡qué timo es la disciplina positiva!

Se paquetiza, se parte, se convierte en un infoproducto y se mastica tanto para que tengamos una digestión más sencilla… Que no estaría nada mal si no se perdiera en ese camino la noción de que es un proceso VITAL de adoptar una mirada respetuosa a uno mismo y a los demás.

Aunque entiendo que venderla asegurando que la crianza va a ser igual de difícil que sin ella, o incluso más, no tiene el mismo marketing. Pero vaya, que sería mucho más honesto el mensaje. Y quizás menos personas se acercarían como quien hace cursos de sushi o de jardinería.

Sin ser yo experta en disciplina positiva, eso lo dejo claro aquí porque soy una simple espectadora y ávida lectora, eso sí, sí que he visto lo suficiente de este mundo como para saber cómo lo que escucho y observo en cuanto a su promoción y negocio no concuerda exactamente con lo que es en realidad. Y cómo las familias se rebotan tras conocer la DP pensando que va a ser la solución a una infancia que les supera o no saben cómo manejar.

¿Es que acaso la disciplina positiva es un bluff? Pues no lo creo en absoluto. Cuanto más leo y escucho sobre sus bases y argumentos, mejor me parece.

Y también más difícil y mucho más alejada de un objetivo fácil y a corto plazo.

Y eso, quizás, es lo que menos vende.

A este hilo de pensamientos sobre lo que vivimos en torno a la disciplina positiva me respondieron cosas como éstas, y que tienen todo el sentido:

Y aquí apareció además Marisa Moya, referente en disciplina positiva en España y a la que admiro profundamente.

Y precisamente Marisa Moya es una voz a la que habría que escuchar mucho más frente a otros cantos de sirena. Si no la habéis escuchado aún podéis hacerlo en este podcast que grabamos con ella.

Y bueno, seguiremos reflexionando sobre cómo nos afanamos por buscar recetas infalibles y mágicas para que nuestros hijos se porten mejor, nos obedezcan más o sean los hijos que queremos que sean. Porque esa búsqueda, que a veces incluso nosotros mismos reforzamos, nos sigue frustrando. A nosotros y a nuestros hijos.

El trato respetuoso a los demás, a nuestros hijos e hijas y a nosotros mismos, es posible, y es el paso necesario para esa crianza mejor que buscamos. Nuestra sección de Somos Tribu en Buenos días Madresfera es nuestra aportación a este mundo gracias a Arantxa y a Cristina.

Pero nadie debería decirnos que es fácil, o infalible. Porque no lo es.

 

Autor entrada: Mónica

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4 thoughts on “La disciplina positiva tiene un problemón…

    Marisa Moya

    (7 junio, 2022 -2:03 pm)

    Gracias por tu publicación y sugerencia a la reflexión. Pienso que la facilidad o dificultad esencial de la Disciplina Positiva son los filtros/creencias/memorias personales/habilidades/competencias… desde las que cada persona se acerca a ella. No es un listado de recursos, son principios y valores para conocerse a sí misma y por ende funcionar en la vida.
    Creo que no habría que decir mucho más, repensarse a veces es muy costoso, aceptarse también. Estos son los pasos previos para el aprendizaje de destrezas compasivas en educación. Después viene un camino que más o menos dura hasta los 99 años…
    La Disciplina Positiva vista de esta manera es una propuesta esperanzadora para el ser humano. Ya va siendo hora de que los garantes del compromiso de la educación nos permitamos la valoración de la huella en nuestros hijos y alumnos.
    No está normalizada la valoración, es como si ser padre/madre ya tuviera asociado el sello de competencia apropiada. Sencillamente nos confundimos cuando asimilamos lo que hacemos con lo que somos. No se trata en ningún caso de enjuiciamiento sino de algo tan alentador como la revisión profunda de la actitud que nos mueve hacia el comportamiento infantil, hacia su naturaleza.
    En algunas de mis publicaciones también he reseñado las dificultades de este gran proceso de consciencia https://www.escuelainfantilgranvia.com/parentalidad-consciente/
    En 2017 ya escribía: “¿Estamos confundiendo a las personas en las formaciones sobre habilidades socio emocionales?
    Sí, es posible que de manera no intencional haya un mensaje confuso en las formaciones. Eso que parece tan obvio, ser un educador democrático, no es fácil. Que nadie te engañe, y, sobre todo, que no nos engañemos a nosotros mismos. Crear nuevas habilidades socio emocionales, como decía al principio, es primero conciencia. Estar informado, tener conocimiento. Pero esto no es suficiente.

    Hay que lograr nuevas reorganizaciones neuronales”.
    Personalmente confío en la movilización que a través de la labor de muchas personas que se acercan, que leen, que investigan, que estudian… sobre educación consciente, se va notando en las realidades de hogares y centros. Ojalá sean más estas bondades que la cara “b” que todo camino de aprendizaje de habilidades socio emocionales pueda tener.
    Abrazo fuerte.

      Mónica

      (7 junio, 2022 -2:06 pm)

      Gracias Marisa por tu comentario y por tu ayuda, siempre. Necesitamos leerte más, ya lo sabes 😀
      Te aprecio mucho y te agradezco mucho tu trabajo, siempre.
      Un abrazo enorme

    Verónica Vega de las Heras

    (8 junio, 2022 -9:32 am)

    Tremendamente difícil diría yo, yo consumo todo lo que cae en mis manos de DP, de pago y gratuito, consciente de que no es una formula mágica. Recuerdo un taller que recibimos en la Escuela Infantil con mi primer hijo, por la tarde tuvo una rabieta gorda y mi marido no quiso volver al taller porque “no había servido de nada”. Después de 7 años ahí sigo intentándolo con mis 3 hijos y digo intentando porque es mucho más difícil ser respetuoso y abordar los problemas de forma consciente que castigar porque lo digo yo y punto. Pero es verdad que es mucho mejor vender el producto como una varita mágica que explicar que es un camino largo y costoso. Eso sí cuando vislumbras, en algún momento, el mismo respeto, la misma independencia y la misma conciencia que intentas llevar a cabo… es la sensación, más maravillosa y más gratificante del mundo.

      Mónica

      (19 junio, 2022 -10:08 am)

      Muchas gracias por tu comentario, Verónica. Y muy de acuerdo contigo, el esfuerzo enorme merece muchísimo la pena.

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