Iria Marañón: “Tenemos que eliminar los estereotipos para que nuestros hijos sean verdaderamente libres”

 

Para Iria Marañón, filóloga, editora y autora de Educar en el feminismo (Plataforma Editorial), es un error no preguntarnos qué estamos haciendo mal para que nuestros hijos sigan manteniendo el mismo sistema machista. En su libro incide en lo importante que es que abramos los ojos ante esta realidad y ofrece algunas ideas que pueden ayudarnos a hacerlo. Porque sí, educar en el feminismo es cosa de todos.

 

Por Diana Oliver

¿Por qué debemos educar en el feminismo?

Porque el feminismo es la única solución al machismo. El feminismo es libertad y justicia social, así que si no educamos en el feminismo, estamos educando en el machismo, así de sencillo. Educar en el feminismo supone educar de forma igualitaria a niñas y niños, educar en la diversidad y en la libertad. De esta manera, nuestras criaturas podrán crecer con una idea de igualdad real, de justicia, y dejarán de normalizar las desigualdades, los privilegios y la violencia machista.

Dices al principio del libro que aunque tu madre no lo sabía entonces, te educó en el feminismo. ¿Lo tenía más difícil ella que los que somos padres en pleno siglo XXI?

Sí, lo tenía más difícil porque su contexto social era muy distinto al que tengo yo ahora. En su entorno era habitual quedarse en casa cuidando de las criaturas y depender económicamente de un marido. Por eso insistió siempre en que fuera económicamente independiente, en que no dedicara mi vida en exclusiva a una familia, en que aprendiera a conducir y, sobre todo, en que fuera libre.

Ella me enseñó también que las mujeres habían sido invisibilizadas en el arte y en muchas otras áreas de conocimiento. Hoy en día, hay mucha más sensibilidad con este tema y casi todas las personas están de acuerdo en que tenemos que cambiar la sociedad para que las mujeres tengan acceso de forma igualitaria a todas las oportunidades laborales o para que la violencia machista sea eliminada. En definitiva, para que el sistema patriarcal desaparezca y con él, todas las injusticias.

Mi madre me enseñó que las mujeres habían sido invisibilizadas en el arte y en muchas otras áreas de conocimiento.

 

¿Igualitarios y feministas?

Como sociedad pensamos que somos muy igualitarios y feministas pero, ¿seguimos cometiendo el “error” de no educar a nuestros hijos en el feminismo?

Como sociedad nos confundimos de pleno si pensamos que somos igualitarios y feministas. Nuestra sociedad no es, ni de lejos, igualitaria, ni mucho menos feminista. Es completamente machista y desigual. Y seguimos sin educar a nuestras criaturas para cambiar las cosas. Es un error no preguntarnos qué estamos haciendo mal para que nuestras niñas y niños sigan manteniendo el mismo sistema machista. Hasta que no tomemos conciencia de lo que es el machismo, hasta que no detectemos en nuestra vida cotidiana todas las conductas machistas, hasta que no diferenciemos la igualdad de lo que no lo es, no podremos resolver nada.

Hablas a menudo de educar en una igualdad real. ¿Cómo definir lo que supone esto? ¿Somos conscientes de las desigualdades que existen aún?

No somos conscientes y por eso seguimos sin educar en igualdad. El machismo lo impregna absolutamente todo, cada pequeña área de nuestra vida, y es inapreciable para la mayoría de las personas. A nuestras criaturas les lanzamos constantemente mensajes que fomentan la desigualdad: a las niñas les decimos “pórtate como una señorita” y a los niños “pórtate como un hombre”. Todas las personas sabemos qué significa portarse como una “señorita” y portarse como “un hombre”, ¿verdad? Porque en el imaginario colectivo tenemos grabado a fuego cómo debe ser una chica y como debe ser un chico.

Nuestros niños siguen jugando a ser superhéroes y futbolistas y nuestras niñas a las Barbies y a las mamás, juegos que crean escenarios muy diferentes para cada uno. Los referentes culturales que recibe la sociedad no han cambiado en absoluto, hemos normalizado la violencia hacia la mujer, la idea de que la mujer es la responsable de los cuidados y las tareas del hogar, o la idea de que el hombre sigue siendo el responsable de traer el dinero a casa.

Tenemos que eliminar de una vez por todas los estereotipos para que nuestras niñas y niños sean verdaderamente libres a la hora de elegir lo que quieren hacer: debemos visibilizar los logros que las mujeres han conseguido durante toda la historia, debemos ser conscientes de cómo ocupan los hombres los espacios físicos y verbales y de los privilegios que disfrutan. Mientras ignoremos este tipo de cosas y no le demos la importancia que tienen, seremos incapaces de solucionar nada.

Tenemos que eliminar, de una vez por todas, los estereotipos para que nuestras niñas y niños sean verdaderamente libres a la hora de elegir lo que quieren hacer.

 

 

Educar en una igualdad real

¿Qué es la coeducación?

Es educar en igualdad real. Significa educar con referentes de mujeres y hombres por igual y en áreas diversas; utilizar cuotas para que las niñas y los niños estén representados de la misma manera en las actividades y no nos encontremos con grupos de criaturas formados por un piloto y cinco azafatas o con tres médicos y tres enfermeras; dar la palabra por igual a niñas y niños y valorarlos de la misma manera; observar los espacios y cómo los usan para corregir injusticias; hacerles conocedores de las desigualdades y del sistema patriarcal para que puedan solucionarlo; ser consciente de la importancia de utilizar un lenguaje inclusivo en el que el género femenino se nombre, y de evitar las frases que hacen diferenciaciones entre niñas y niños; educar para respetar y valorar la diversidad sexual, racial o cultural; repensar las masculinidades y feminidades para enseñarles a nuestras criaturas que hay muchas maneras de ser una chica o un chico; educar en la no violencia y enseñar empatía, asertividad, técnicas de negociación y resolución de conflictos.

Dices que la coeducación es hoy en día “una utopía casi antisistema”. ¿Es un buen momento para utopías y revoluciones feministas?

Es el mejor momento. La sociedad empieza a estar sensibilizada con este tema ahora, por lo que tenemos la ocasión perfecta de empezar.

¿Nos olvidamos de los niños a la hora de educar en el feminismo?

Sí, y para mí es más importante educar a los niños que a las niñas. Al fin y al cabo son los niños y los hombres los que tienen que ser conscientes de sus privilegios y también tienen que replantearse la masculinidad hegemónica. Debemos fomentar las responsabilidad de los chicos en los cuidados y las tareas hogar, hay que potenciar su generosidad, su autonomía, trabajar con ellos la comunicación, la sensibilidad, la empatía, evitar convertirles en narcisistas, y enseñarles a respetar a las mujeres para que las escuchen cuando hablan, respeten sus opiniones, sus decisiones y sus negativas. Y algo fundamental: eliminar completamente la violencia.

Planteas que la lucha feminista debe ser abanderada por niñas y mujeres, y que los niños y hombres pueden ser aliados pero nunca ser también abanderados. ¿Por qué crees que es importante transmitirle esto a los niños?

Porque el movimiento feminista es de las mujeres. Somos nosotras las que sentimos la opresión y las que debemos decidir de qué manera y de qué forma solucionarlo. Los niños y los hombres deberían ser aliados, acompañarnos y hacer sus espacios sociales feministas. Pero la lucha y las reivindicaciones son nuestras, es un espacio que no pueden usurparnos: de la misma manera que una persona heterosexual no debería ser portavoz del movimiento LGBTI o una persona blanca no tendría que decirle a las personas racializadas cómo organizar sus reivindicaciones. Como personas heteronormativas o blancas podemos y debemos apoyar esas causas, pero hay que ser muy conscientes de que nuestra misión es convertir nuestro espacio en un lugar diverso e inclusivo, no en encabezar una lucha que no nos corresponde. Con el feminismo ocurre exactamente lo mismo.

 

 

La influencia del entorno

Me planteo que nosotros como padres podemos intentar educar a nuestros hijos en unos determinados valores pero, ¿qué hacemos con el entorno cuando no transmite esos mismos valores?

Es cierto que cuando hablo de educación hablo de toda la sociedad, porque toda la sociedad educa. Educa el tío soltero, el panadero, la tendera, el cine, la televisión, el arte o los libros, no solo educamos en casa y en el colegio. Pero si en casa educamos en el feminismo y fuera se mantiene el machismo, deberemos hacer palanca y desarrollar mucho el pensamiento crítico de nuestras criaturas para que sean conscientes de la sociedad en la que viven e inculcarles la importancia de cambiar su entorno. Es fundamental que estén sensibilizadas con el tema, y que estén comprometidas para ser un motor de cambio en la sociedad.

Si en casa educamos en el feminismo y fuera se mantiene el machismo, deberemos hacer palanca y desarrollar mucho el pensamiento crítico.

Creo que es también preocupante que muchos adolescentes ejerzan violencia machista porque es un claro síntoma de que no estamos haciendo las cosas nada bien. Además de la educación y la perpetuación de estereotipos, ¿crees que influye la hipersexualización de la infancia?

Sí, todo influye a la hora de mantener el machismo y las estadísticas de cómo se comportan los adolescentes hoy en día nos muestran que seguimos sin educar de forma correcta. La hipersexualización de las niñas las cosifica desde que son pequeñas, y les lanza el mensaje, tanto a los niños como a ellas mismas, de que son adornos y objetos. Y nuestros adolescentes reciben constantemente referencias que inciden en la misma idea: la pornografía les muestra un sexo si afectividad centrado en el placer sexual del hombre; libros y películas como las de 50 sombras de Grey, A 3 metros sobre el cielo o Crepúsculo insisten en que las mujeres deben ser sumisas y complacientes y los chicos deben ser dominantes e incluso violentos. Nuestras chicas y chicos han normalizado la violencia y los mitos del amor romántico, y esto es un grave problema que perpetúa el sexismo y la violencia machista.

Nuestras chicas y chicos han normalizado la violencia y los mitos del amor romántico, y esto es un grave problema que perpetúa el sexismo y la violencia machista.

Mencionas en Educar en el feminismo que debemos enseñar a los niños que “el machismo existe y se manifiesta de muchas formas, a veces de forma imperceptible”. No sé si esto también exige un trabajo previo por nuestra parte…

Las personas adultas somos las primeras que debemos tener la capacidad para percibir el machismo y corregirlo. El sistema patriarcal es un problema estructural que impregna absolutamente todo nuestro entorno de machismo. Como bien explica Pierre Bourdieu, las mujeres estamos sometidas a la violencia simbólica, un tipo de violencia que se ejerce de forma subrepticia, invisible, sin que el oprimido sea apenas consciente de ella. Por eso es prioritario empezar a detectarla, por eso hay tantos negacionistas, porque muchas personas son incapaces de percibirla. Nuestras criaturas, además, aprenderán del ejemplo que les demos las personas adultas.

 

Las renuncias

El pasado 8 de marzo miles de personas salieron a la calle para visibilizar que aún queda mucho por hacer por una igualdad de derechos real. Recientemente leía a Silvia Federicci en la introducción a una de las últimas ediciones de Calibán y la bruja diciendo algo así como que las manifestaciones son necesarias para visibilizar las injusticias que se han producido a lo largo de la historia con respecto a las mujeres. ¿Por qué crees tú que es necesaria una huelga feminista?

Por los mismos motivos que indica Federici, para expresar nuestro hartazgo y hacer visibles las injusticias y el malestar social. La huelga es necesaria para dar un golpe en la mesa y visibilizar un problema que llevamos arrastrando siglos. Hay que parar por todas las injusticias que soportamos las mujeres: la precariedad laboral, la feminización de la pobreza, el nulo acceso a los puestos de poder y responsabilidad, la escasa representación en áreas del conocimiento y de las artes, por el trabajo no remunerado en el hogar y en los cuidados, por la justicia patriarcal, por un sistema que normaliza la violación, por la violencia machista, por las asesinadas… En definitiva, por un sistema patriarcal que sostiene todas estas injusticias.

Me decía hace poco una amiga que es Doctora en Historia que el feminismo, y los cambios que implican una sociedad feminista, lo tienen también complicado porque a día de hoy ninguno de nosotros estamos dispuestos a hacer renuncias que pueden ser muy importantes, y me hablaba de las sufragistas. ¿Qué opinas? ¿Es necesario llegar a esas renuncias para que se produzca un cambio real?

Obviamente este sistema se perpetúa porque los hombres disfrutan de unos privilegios que mantienen las injusticias: si las mujeres ganamos un 23 % menos de sueldo es porque los hombres ganan un 23 % más; si el 11 % de los puestos de responsabilidad y poder están en manos de las mujeres es porque el 89 % está en manos de los hombres; si en España una mujer es violada cada 8 horas es porque un hombre viola cada 8 horas; si más de 60 mujeres son asesinadas al año en nuestro país es porque más de 60 hombres asesinan.

Además, el ejercicio de la maternidad es un deber que asumen las mujeres que tienen hijas e hijos, pero los hombres pueden decidir hasta qué punto se involucran en la crianza: menos del 10 % de los hombres se ha cogido una excedencia en 2017, y las reducciones de jornada fueron un 4% para los hombres y un 25 % para las mujeres. Con respecto al trabajo en el hogar, el 70 % del trabajo doméstico lo realizan las mujeres. No podemos ignorar estas responsabilidades. ¿Si es necesario que renuncien a sus privilegios? Por supuesto. Pero la lucha feminista no va contra los hombres, no es un movimiento de lucha de sexos, es un movimiento que va contra un problema estructural que es el sistema patriarcal, y este punto debe quedar muy claro porque luego se malinterpreta.

 

 

 

Autor entrada: Diana Oliver

1 thought on “Iria Marañón: “Tenemos que eliminar los estereotipos para que nuestros hijos sean verdaderamente libres”

    Jackeline

    (5 junio, 2018 -11:04 am)

    Pues sí…el otro día leía este post sobre el aumento de la emisión de anuncios de juguetes en los que salen niñas preocupándose por su físico y me resultó preocupante. Parece que estábamos dando pasos hacia la igualdad en cuanto al uso de juguetes y el típico color rosa para niñas y color azul para niños pero va a resultar que no… esperemos que me equivoque.

    Gracias por el blog!

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