Iniciamos una sección nueva en Madresfera de la mano de nuestro colaborador Juan Scaliter, periodista especializado en ciencia y tecnología y padre. Y nos vamos a dedicar a los más pequeños, y también a vosotros, para que les plantéis juegos en casa, pequeños retos para introducir la ciencia en sus vidas de manera sencilla y a su alcance.
¿Listos? Empezamos con algo que todos podemos ver encima de nuestras cabezas, ¡las nubes!
Vamos a divertirnos un poco con esta pregunta. No por nada las nubes se comparan con bolas de algodón: intenta llenar un copo de algodón con un gotero. La primera vez podrás verter 100 gotas ( sí, 100) antes que se sature, luego quizás más… Quizás menos, pero casi nunca la misma cantidad.
Esto se debe a que las gotas no son siempre del mismo tamaño. Por ello es tan difícil calcular cuánta agua hay en una nube.
Pero a los científicos la palabra difícil les encanta.
Peggy LeMone, es una investigadora del Centro Nacional para la Investigación de la Atmósfera en Colorado. LeMone hizo algo muy raro en un laboratorio: en una caja especial recreó una nube. ¿Para qué? Simplemente para calcular cuánta agua cabe en una nube. Obviamente la que hizo LeMone era pequeña, pero una vez que supo cuánta agua cabía, la multiplicó por el tamaño de las nubes reales.
El resultado es que una nube promedio tiene unas 550 toneladas de agua… Eso no significa mucho, a menos que los convirtamos en algo que podamos comparar, por ejemplo, elefantes.
Un elefante pesa unas 6 toneladas, por lo tanto una nube tipo cúmulo pesaría tanto como casi unos 100 elefantes. Y todo ellos flotando en el aire.
Y ¿cuánta agua hay en una nube de tormenta, que es 10 veces más grande?
De acuerdo con LeMone, unos 200.000 elefantes.
¿Y si midiéramos la cantidad de agua en un huracán? La cifra ahora sube a números increíbles: 40 millones de elefantes.
Esto quiere decir que el agua en un huracán pesa más que todos los elefantes del planeta.