Pasarlo bien con nuestros hijos e hijas es, sin duda, una de las prioridades de toda familia. Disfrutar de ese tiempo compartido, de sus risas, sus juegos, su curiosidad… Así que, durante todo el año, aprovechamos nuestro tiempo de ocio para estar con ellos. Y sí, podemos realizar planes que nos anetan muchísimo con nuestros peques. Tan sólo tenemos que consultar las agendas de ocio infantil y familiar, y seguro que encontramos montones de cosas que hacer con ellos. Pero, cada estación del año tiene algo especial y eso también nos da la oportunidad de vivir, descubrir y experimentar cosas, que en otras estaciones no podríamos disfrutar. Y de esos, precisamente, os voy a hablar. Voy a contaros cinco planes muy chulos para disfrutar en otoño. ¿Comenzamos?
1.-Visitar las fábricas de turrón:
La Navidad ya se acerca, así que en poco más de un mes, nos veremos inmersos en la vorágine de las compras navideñas: juguetes, comida, adornos… y turrón!! A primeros de septiembre, las fábricas de turrón arrancan con la campaña y empiezan a fabricar sus deliciosos productos. Y, ¿sabéis?… En algunas de ellas, nos ofrecen la oportunidad de visitarlas. Yo he estado en alguna y es toda una experiencia para los sentidos. Las visitas suelen ser guiadas. Te van explicando un poco de historia del turrón, de la fábrica, de cómo se produce, pruebas alguno… Y, con un poco de suerte, en las fábricas artesanales podréis conocer al maestro turronero: la figura “más importante” de la fábrica. Y es que saber el punto justo del turrón, es todo un arte.
2.- Ir a buscar setas:
El otoño es la época de recolección de hongos y setas, así que salir a buscarlas por los bosques puede ser una experiencia novedosa y la mar de divertida. Eso sí, buscarlas, nada de cogerlas ni comérselas que hay algunas protegidas y otras venenosas. Si te pasa como a mi, que de setas y hongos entiendo muy poco, lo mejor es apuntarte a alguna de las jornadas micológicas que se organizan en diversas zonas de España. Cada vez hay más actividades micológicas enfocadas a un público infantil y familiar. De este modo, los más peques también pueden disfrutar y aprender. Normalmente estas jornadas se hacen visitas guiadas, rutas por el monte para buscarlas y recolectar (aquí sí, que vas con expertos), talleres… Incluso, en ocasiones, se incluye una degustación. Mmmm… No me digáis que no es un plan chulo y delicioso.
3.- Hacer una ruta de senderismo
El otoño es una época fantástica para salir de excursión y hacer alguna ruta. Sí, ya se que esto es algo que podemos hacer en cualquier época del año, pero el otoño le aporta un toque muy, pero que muy especial: suele llover más y por tanto hay más agua, cambian los colores, algunos bosques se tiñen de marrones y amarillos… Además, ya no hace tanto calor y se puede disfrutar mucho de los paseos en familia, ya sean por el monte o bordeando la costa. El senderismo es un actividad que combina deporte y naturaleza, perfecta para hacer con peques. Tan sólo necesitas buscar la ruta adecuada dependiendo de la edad y de la condición física de todos. Si no estáis habituados al senderismo o los peques son muy pequeños, buscad siempre rutas de nivel de dificultad bajo y que además tengan poco desnivel. Hay algunas que incluso son adaptadas y pueden hacerse llevando un carrito de bebés o en bici (como las vías verdes o las que discurren por antiguas carreteras). Estas suelen poder hacerlas los niños sin problemas. Además, no hace falta terminarlas. Si nos cansamos, pues damos la vuelta y ya. Lo realmente importante, es disfrutar juntos del paseo. Conforme vayan creciendo podréis animaros con rutas más largas y complicadas. Un consejo: aseguraros de llevar siempre en la mochila agua suficiente y un pequeño botiquín, por si las caídas. Una tirita mágica a tiempo, nos puede salvar la mañana.
4.- Vivir el Amagüestu
El otoño es la época del Amagüestu (o Amagosto). Se llama así a la fiesta tradicional asturiana que se celebra antes de la llegada del invierno, normalmente en la primera quincena de noviembre. Es una fiesta familiar en la que se comen castañas asadas y nueces, acompañadas con sidra dulce sin fermentar (es la que se extrae directamente del prensado de las manzanas y que, por tanto, no tiene alcohol). Hay lugares, como El Trasgu La Fronda, en los que organizan jornadas de Amagüestu familiares para todo aquel que le apetezca participar y aprender sobre esta fiesta. Es sus jornadas grandes y pequeños podrán aprender sobre esta tradición asturiana, sobre las castañas, participar de recoger las manzanas de los árboles y ver cómo se prepara la sidra dulce, descubrir castaños centenarios…
5.- Descubrir la laguna de Gallocanta
Y es que visitar este bonito entorno natural de Zaragoza en otoño, tiene un encanto especial. Resulta que, a primeros de noviembre, la Laguna de Gallocanta empieza a llenarse de miles de grullas que se toman aquí un pequeño descanso en su migración desde Centroeuropa a las tierras cálidas de África. Ver la entrada y salida en la laguna de las enormes bandadas de aves es un espectáculo realmente único. Se organizan visitas guiadas al centro de interpretación y a la laguna, que por cierto es salada. Algo que tampoco deja indiferente a nadie, ya que estamos más acostumbrados a ver estas lagunas en zonas cercanas al mar.
¿Qué os parecen? ¿No os dan ganas de salir ahora mismo a hacerlos todos? (La verdad, es que a mí, sí. Jejejeje) Pues nada, ya sabéis, que el otoño acaba rápido y una vez pase tendremos que esperar “un poquito” para tener una nueva oportunidad de disfrutarlos. 😉