Os voy a contar una historia. Hace mucho tiempo, tendría yo como 10 años, aprendí dos lecciones que creo que nunca se me van a olvidar.
Recién estrenada la reforma de la casa del pueblo, mi prima, mi hermana y yo decidimos jugar a los hospitales en la casa nueva. Mis padres estaban en casa de mis abuelos (la de al lado) y nos pareció el mejor de los planes. Acostamos a los muñecos en cada cama, pasábamos consulta en el salón y en el cuarto de baño hacíamos las curas. Llegó a nuestras manos un frasco de mercromina y en un intento de curar a las muñecas pusimos el baño perdido de aquel líquido rojo que tintaba más de lo que pensábamos. En nuestro afán de dejar todo igual, para evitar una buena regañina, esparcimos aún más la mercromina y nos manchamos toda la ropa. Estaba claro, tratar de quitar aquella mancha con papel higiénico no era el mejor de los remedios. Y llegó el momento de dar la cara. Cuando mis padres nos vieron de esa guisa preguntaron la procedencia del rojo y no se nos ocurrió otra excusa mejor que decir que era de rotulador. Podría haber colado si el suelo del baño no estuviera teñido de rojo.
La reacción de mis padres no se hizo esperar. Se enfadaron y mucho y no por la mancha sino por la mentira. Menos mal que salió al quite mi abuela (siempre las abuelas al rescate) De ella aprendí que nunca se debía engañar porque las mentiras tienen las patas muy cortas y que la mercromina se quita del suelo simplemente con alcohol. De la ropa fue más difícil porque había pasado tiempo y la mancha se había secado. Pero después de mucho frotar y con lejía logró salvar aquel vestido blanco. Así que también aprendí que las manchas en la ropa cuando antes se ataquen, mejor salen.
¿Y por qué os cuento todo esto? Porque queremos leer esas historias de ámbito familiar y vuestras rutinas de limpieza. Vuestro estilo de vida y sus principales manchas relacionadas (familia numerosa, deportista, manualidades, campo, ciudad, niños pequeños, niños mayores…)
Queremos conocer esas anécdotas, esos momentos en los que más os habéis ensuciado (carrera popular por el monte, fiestas holy, el día que decidisteis hacer de jardineros o pintar la habitación de los niños…) y nos contéis cómo limpiasteis las prendas o la casa en caso de que el desastre fuera mayor.
Entre todos los post se sortearan 5 lotes de productos KH-7 para que la próxima os pille prevenidos. ¿Os apuntáis?
¡Yo ya he contado la mía! Tenéis hasta el 28 de febrero para compartir vuestras historias. Puedes hacerlo aquí.
¡Esperamos esas historias que tanto nos gustan!
*No se publica inmediatamente
Yellow Submarine de Tranquilitamente
En la memoria de todos de Mami a los 40
Maldita mancha por Y yo con estas barbas
En la memoria de todos: Cuando la blanquísima cocina acabó negra por A la libreta
Historia de mi familia por Macarena Mena
¡No más manchas de plátano! de El vestidos de las cookies
Un recuerdo imborrable por Elenamystyle
Manchas y pitufiña verde como Shrek por Peluchín y sus papis