Beatriz M. Muñoz: “Todas las situaciones del día a día son oportunidades de aprendizaje”

Foto de Araceli Schemetterlng

 

La editorial Grijalbo publica Montessorízate. Criar siguiendo los principios Montessori, un libro a través del cual Beatriz M. Muñoz, autora del conocido blog Tigriteando, nos explica de una forma amena y sencilla cómo podemos introducir el método Montessori en nuestro hogar.

 

Beatriz M. Muñoz inauguraba en 2013 el blog Tigriteando.com, un espacio en el que compartía cómo iba aplicando aspectos de la filosofía Montessori en el día a día con sus hijas, y que en 2016 se convertía en el Mejor blog de Crianza de nuestros premios madresféricos. Hoy, cinco años después de que publicara su primer post, la editorial Grijalbo publica Montessorízate. Criar siguiendo los principios Montessori, un libro a través del cual Beatriz M. Muñoz, alias “Bei”, nos explica de una forma amena y sencilla cómo podemos adaptar el método Montessori a nuestra familia para incentivar a nuestros hijos a que se sientan parte, pertenezcan y contribuyan a la familia. “Va a ser un chute de autoestima para toda su vida y sólo por eso merece la pena montessorizarse”, dice su autora. En nuestras manos, casi 300 páginas en las que los textos y las fotos aparecen ante el lector tan bien organizados y presentados que hacen imposible resistirse a zambullirse de lleno en ellas. Una vez dentro, Bei termina de atraparnos con una jugosa y valiosa información, fruto de años en la enseñanza Montessori, que es narrada con la calidez, la honestidad y la sencillez que ya es su sello personal.

 

Pregunta inevitable: ¿Cómo se escribe un libro con tres peques y una en camino, cursos, un blog y los quehaceres del día a día? Supongo que robando horas de sueño a las noches y con toneladas de paciencia en los bolsillos…

¡Con mucho sueño! Y la cuarta peque llegó solo cuando ya estaba terminado el manuscrito, en esos nueve meses que se gestaron a la vez, hubo mucho trabajo de edición, también, pero “lo gordo” ya estaba hecho. Siempre hago bromas con que tardé en escribirlo diecinueve días y quinientas noches. Llegó un momento en el que tuve que ponerme en primer lugar, y dejar blog y cursos, delegar todo lo “delegable”, volver a mi trabajo asalariado. Siempre que hacemos listas de cosas que podemos hacer para cuidarnos pienso que falta la más importante: aceptar, poner limites y tomar decisiones. Por alguna razón pensamos que eso es ser egoísta o, peor aún, que ser egoístas al dedicarnos un tiempo y priorizar nuestro ocio o descanso siendo madres es algo deleznable cuando es algo humano.

Plantea Rosa Jové en el prólogo que el hogar y la crianza son también pedagógicos. Tú, con Montessorizate. Cómo criar siguiendo el método Montessori, aportas toda la información y recursos necesarios para que padres y madres se conviertan en los primeros maestros de sus hijos. ¿Somos conscientes de la importancia de la educación no formal de nuestros hijos?

Yo creo que cada día somos más y más conscientes. Además, lo positivo de las redes sociales es que nos permiten ponernos en contacto con otras realidades más cercanas a lo que nos gustaría vivir. Hace tiempo una persona me dijo que ella sabía que quería hacerlo distinto pero que hasta no empezó a trabajar conmigo no tenía las herramientas. ¡Eso es tan valioso! También hay lectoras que han regalado el libro a sus madres y eso me parece precioso. Hasta que no sepamos que la primera infancia va a marcar el resto de nuestra vida, no dedicaremos a los cuidados la importancia que deberían tener. Y no hablo de las circunstancias de cada familia, hacemos lo que podemos ante la inacción de la administración y su nula capacidad de instaurar una conciliación real.

Hasta que no sepamos que la primera infancia va a marcar el resto de nuestra vida, no dedicaremos a los cuidados la importancia que deberían tener.

 

 

También ocurre que las madres y padres de hoy tenemos más información y recursos, pero no sé si eso hace que nos impliquemos más, y nos ayuda, o, por el contrario, nos lía más y acabamos delegando toda la responsabilidad a la escuela. ¿Qué opinas?

En general tendemos a delegar las decisiones en los demás y eso viene en parte por cómo hemos sido educados nosotros; con el chantaje, el premio, el castigo, la amenaza… Todo ello hace que al final acaben aflorando en nosotros los sentimientos de miedo, vergüenza y culpa, y en esos entornos de relaciones tan verticales y desiguales es difícil que surja la responsabilidad. Hemos normalizado patrones dañinos en nuestra infancia pero lo importante ahora es preguntarnos qué hacemos. Tenemos una oportunidad con la crianza de librarnos de ello, de pulir los diamantes en bruto que somos y a los que hemos añadido capas y capas para protegernos, para sobrevivir emocionalmente. Podemos hacerlo distinto. Nos lo merecemos nosotros y se lo merecen nuestros e hijos e hijas para que su mochila sea lo menos pesada posible.

Hemos normalizado patrones dañinos en nuestra infancia pero lo importante ahora es preguntarnos qué hacemos.

¿Ayuda el hecho de comprender la infancia a criar mejor?

Sin duda. Si escuchamos lo que María Montessori había observado sobre los periodos de orden, refinamiento de las percepciones sensoriales, lenguaje y movimiento, sabremos que los niños necesitan moverse, hablar mucho, tocarlo todo y por qué les afectan los cambios imperceptibles a nuestros ojos. No nos retan, nos necesitan. Si interiorizamos la teoría adleriana sabremos que todas las personas tenemos una lógica privada, que los niños perciben con mucha claridad, pero no son tan buenos interpretando. Esas interpretaciones erradas les conducen a actuar de una determinada forma para conectarse con nosotros. Por ejemplo, cuando nace un hermanito o hermanita, el hermano o hermana mayor puede volver a hacerse pis encima o pedir dormir con nosotros. No lo hace por retarnos, lo hace porque siente -de forma inconsciente- que así conecta con nosotros y eso es lo que permite pertenecer. Buscando soluciones y no consecuencias lógicas podemos gestionar mejor el día a día y los retos que surjan.

Buscando soluciones y no consecuencias lógicas podemos gestionar mejor el día a día y los retos que surjan.

 

Foto de Araceli Schemetterlng

Esto no va de juguetes caros

Me encanta que al inicio del libro dejas clara una cosa: “Este libro va de ser feliz, en casa, con lo que tengas, sin comprar cosas. Sólo sintiendo, amando, descubriendo”. ¿Todavía hay quien cree que para introducir el método Montessori basta con comprar juguetes Montessori?

Sí. Y de hecho muchas veces me he encontrado con padres que, con toda su buena intenció, me escriben para decirme que Montessori no va con su hijo de veinte meses porque le han ofrecido una bandeja y la ha tirado por los aires. No hay Montessori sin observación, es lo que te permite reconocer periodos sensibles y necesidades. No es una especie de magia que le damos al niño y de repente se concentra. Esto al final es el fiel reflejo de nuestra sociedad: lo queremos todo rápido y ya. A veces me preguntan cómo gestionar la baja tolerancia a la frustración de los niños y siempre digo lo mismo: empieza por la tuya.

A veces me preguntan cómo gestionar la baja tolerancia a la frustración de los niños y siempre digo lo mismo: empieza por la tuya.

En uno de los capítulos del libro hablas de cómo elegir los juguetes de los peques una vez tenemos el ambiente creado. ¿Qué juguetes o juegos son los más adecuados?

No hay que confundir materiales Montessori con juguetes acordes a la filosofía Montessori. Los primeros están en un aula, interconectados unos con otros, y son materiales de desarrollo con un objetivo concreto. La torre rosa, por ejemplo, es un material sensorial pero realmente es matemática pura. En casa no es necesario pero sí lo es crear un ambiente adaptado, seguro, sencillo y que le ayude a mantener el orden.

Los juguetes más adecuados serán distintos para cada niño, ya que cada uno tendrá sus propios intereses. Palos y piedras son un acierto seguro, ¡y gratis! También libros para leer juntos y ayudas que le permitan ser más autónomo (un tendedero para colgar su ropita, un cuchillo especial para cortar, actividades con un propósito definido). En general todo lo que permita el refinamiento de sus sentidos y el movimiento libre son juguetes adecuados.

Todo lo que permita el refinamiento de sus sentidos y el movimiento libre son juguetes adecuados.

 

 

¿Qué hacemos con el entorno en este sentido? No sé si es fácil huir de los juguetes de plástico con luces y sonidos que nos regala una tía o un abuelo, que por mucho que se lo expliquemos, sigue llevándolos a casa…

Cuando pienso en mis abuelos durante mi infancia, conecto mucho con Montessori. Mi abuelo era zapatero artesano y trabajaba en su casa. Me gustaba sentarme con él y que me diera una tarea sencilla, o simplemente le observaba trabajar. Mi mente interiorizaba el valor del trabajo bien hecho, artesano, cuidado… Mi abuela, me llevaba al mercado o me subía a una banqueta de la cocina para que hiciéramos juntas albóndigas o croquetas. Todo eso es Montessori. Y mis abuelos eran niños de la guerra que por desgracia no pudieron acceder a una educación superior. Simplemente estando juntos nos mostraban el mundo, esa ayuda para la vida no caduca. Es verdad que a los abuelos les encanta regalar estos cachivaches, sería tan bonito que fuéramos conscientes de que el verdadero regalo está en las manitas que lo reciben, en el tiempo juntos. Y de forma más práctica, te digo que muchos de esos juguetes los han donado mis hijas, saber que van a hacer felices a otros niños que no tienen tanta suerte como ellas es también una valiosa enseñanza. También en ocasiones se han quedado en sus casas guardados para cuando van de visita y está bien ser flexibles. En definitiva, todas las situaciones del día a día son oportunidades de aprendizaje.

Cuando pienso en mis abuelos durante mi infancia, conecto mucho con Montessori.

 

Foto de Araceli Schemetterlng

Montessori, una ayuda para la vida

Lo cuentas en el libro, pero ¿por qué empezar a “montessorizarse”?

Cuando hace ya unos años se me ocurrió la palabra “montessorizar”, en referencia a hacer cambios en casa para ser más acorde con la filosofía Montessori, no se sabía mucho sobre esta forma de ver la infancia. Sin embargo, últimamente hay un boom Montessori, un montón de artículos y juguetes con el apellido que automáticamente parece que los hacen valiosos, y normalmente más caros. El marketing es así, y yo tengo sentimientos encontrados. Por un lado, agradezco que cada vez hay más difusión porque hace siete años apenas se hablaba de esto, pero por otro, pienso que quedarse en la superficie puede resultar hasta perjudicial. De nada sirve una cama Montessori si un bebé pequeño quiere seguir durmiendo con su mamá, eso no es seguir al niño. Ofrecerles una torre de aprendizaje y solo dejarle jugar con cacharritos en vez de fregar de verdad porque vaya a mojarse tampoco es seguir al niño, como no lo es ofrecer a un bebé de meses una tablet “porque le gusta”.

Montessori es una ayuda para la vida, es acompañar al niño interfiriendo lo menos posible en su desarrollo (sin olvidarse de sus necesidades), es ayudarle a ser parte de la sociedad. La primera socialización está en la familia y Montessori va a incentivar a nuestros peques a que se sientan parte, pertenezcan y contribuyan a la familia. Va a ser un chute de autoestima para toda su vida y solo por eso merece la pena “montessorizarse”.

La primera socialización está en la familia y Montessori va a incentivar a nuestros peques a que se sientan parte, pertenezcan y contribuyan a la familia.

¿Es compatible un entorno que no entiende otras formas de hacer las cosas al “siempre se ha hecho así y nunca ha pasado nada” con la filosofía Montessori?

¡Claro! Incluso cuando nos enfrentamos a estas situaciones estamos modelando delante de nuestros hijos, modelamos respeto, dignidad, amabilidad y firmeza. “Gracias por preocuparte tanto por tu nieto, se nota tanto lo mucho que le quieres, que os queréis. Nosotros hemos tomado esta decisión y sería muy importante para mí que estuvieras con nosotros en esto”. Por supuesto hay que proteger si existe violencia, del tipo que sea, pero normalmente los conflictos son por cosas que al final no tienen tanta importancia. El vinculo abuelo/a-nieto/a es mucho más valioso que nuestros dogmas, hay que elegir bien las batallas.

 

 

¿Qué es lo que más complicado te ha resultado en tu camino?

Lo primero que he pensado es luchar contra el entorno, pero no, la realidad es que lo más complicado ha sido, es y será, luchar contra mí misma. Hacer los cambios necesarios para acercarme a la madre que quiero ser, aceptarme sin culpas cuando no lo soy, buscando soluciones. Aceptando que mis hijas son como son y no como yo quiero que sean. Agradeciendo que así sea, tener la consciencia suficiente para lograr un espacio en el que pueda seguir siendo auténticas. Olvidarme de las expectativas, las que yo tenía sobre mí y sobre mis hijas y las que la sociedad tiene sobre mi como mujer y madre. Hubo un tiempo en el que me ofendía que el entorno no compartiera mi forma de crianza, incluso lo cuestionara. Ahora estoy en paz, el entorno es el mismo pero yo he aceptado que no voy a cumplir con las expectativas que se tienen sobre mí, no me importa decepcionar por algo a lo que no me he comprometido, sino que es algo cultural. Criando mujeres es todavía más complicado, ¿cómo proteger y a la vez preparar para que mis hijas vivan una sociedad patriarcal? No sé como lo haremos, pero tengo claro que estamos en un momento de cambio brutal y que serán estos niños y niñas los que nos den las respuestas.

¿Dirías desde tu experiencia que el método Montessori se adapta a todas las familias y niños?

El método Montessori, entendiendo como filosofía de crianza que tiene como objetivo ofrecer una ayuda para la vida, es válido para todos los niños y niñas. Algunos niños y niñas, pocos, no se adaptan bien a Montessori porque necesitan otra cosa, y a otros niños les cuesta al principio gestionar el binomio libertad-responsabilidad, pero en casa solo estamos tratando de dar raíces (respeto, pertenencia, contribución, conexión en familia) y alas (autonomía, responsabilidad, espíritu crítico). No conozco niño o niña que no lo necesite. Un adulto que tiene el valor de reconocerse imperfecto y valorar y corregir sus errores, está modelando algo muy valioso en sus hijos. Y eso es realmente Montessori, va más allá que una cama con forma de casita.

El método Montessori, entendiendo como filosofía de crianza que tiene como objetivo ofrecer una ayuda para la vida, es válido para todos los niños y niñas.

Para quienes estamos convencidos de sus beneficios, ¿por dónde empezamos?

Una banqueta de cocina y un delantal, un mapa de la ciudad y unas entradas para un museo, o unas botas de agua y un chubasquero para salir al campo y jugar juntos con los mejores juguetes del mundo, los que nos da la naturaleza en forma de palos, piedras, agua y barro. No tener miedo de ser imperfecto porque el fracaso es el mejor maestro. Y autocuidado. Cuídate mucho porque si no lo haces tú, no sólo no vas a poder cuidarles a ellos de la mejor forma posible, sino que además su mente absorbente va a interiorizar un modelo de madre o padre 100% perfecto y 100% disponible, que no va a ser real. Ser coherente y consecuente y ser firme y amable a la hora de gestionar la vida. Y disfrutarlo mucho porque a esta vida hemos venido a ser feliz, no a llorar por la culpa.

 

 

Autor entrada: Diana Oliver

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